Riesgo País en mínimos históricos: ¿Lecciones no aprendidas de 2001?
El índice baja de los 600 puntos bajo la gestión de Javier Milei, pero los paralelismos con el colapso económico de 2001 generan alertas sobre las políticas de endeudamiento y ajuste.
El gobierno de Javier Milei ha anunciado con entusiasmo que el riesgo país, un indicador elaborado por JP Morgan que mide la capacidad de un país para cumplir con sus deudas externas, se encuentra por debajo de los 600 puntos. Sin embargo, los expertos en economía advierten sobre un preocupante paralelismo con la situación de Argentina en enero de 2001, cuando el riesgo país también se encontraba en niveles bajos, rondando los 630 puntos.
En aquel momento, la baja del índice no reflejaba una economía saludable, sino una política de ajuste fiscal extremo que sacrificaba a millones de familias argentinas en favor de cumplir con los compromisos de deuda externa. Este camino terminó en el colapso económico y social más grave de la historia del país.
Riesgo país: ¿un indicador que esconde riesgos?
El riesgo país premia a los países que honran sus deudas externas, lo que lo convierte en un indicador muy valorado por los tenedores de bonos y los mercados internacionales. Sin embargo, su baja no siempre implica un beneficio para la economía real. Durante el gobierno de Fernando de la Rúa, el esfuerzo por mantener este índice bajo llevó a políticas de ajuste extremo que finalmente colapsaron.
Hoy, con un esquema cambiario y monetario similar al de aquella época, los riesgos vuelven a ser evidentes:
- Dólar atrasado: La falta de competitividad en las exportaciones perjudica el crecimiento económico.
- Recetas de ajuste: Las políticas de austeridad podrían agravar la desigualdad y la recesión económica.
- Dependencia de deuda externa: La baja del riesgo país favorece a los mercados financieros, pero no garantiza estabilidad económica para las familias argentinas.
¿Hacia un nuevo 2001?
Las similitudes entre la situación actual y la de hace 22 años no pasan desapercibidas. En ambos casos, las políticas económicas priorizan a los mercados financieros por sobre la economía real, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de las medidas adoptadas.
“Es importante que el gobierno no caiga en la trampa de celebrar un indicador que, si bien es bien visto por los mercados, no refleja necesariamente una mejora en las condiciones de vida de la población”, advierten analistas económicos.
Mientras el gobierno de Javier Milei celebra los bajos niveles de riesgo país, los paralelismos históricos con 2001 son un llamado de atención. La experiencia muestra que priorizar el cumplimiento de la deuda externa a cualquier costo puede desencadenar crisis profundas. Argentina tiene la oportunidad de aprender de su historia y buscar un equilibrio entre las exigencias de los mercados y las necesidades de su población.