Para analistas, es “improbable pero no imposible” que Berlusconi sea el próximo presidente italiano
Analistas italianos consideran que es “improbable pero no imposible” que el tres veces premier Silvio Berlusconi sea elegido presidente de la República como sucesor del actual mandatario Sergio Mattarella en las votaciones que hará el Parlamento a partir del 24 de enero, al tiempo que plantean que su elección haría que el país “perdiera la credibilidad” ganada en los últimos años.
“Creo que la elección de Berlusconi es improbable pero no imposible. Jamás hay que subestimar su capacidad de acción y su ambición de ser inmortal y permanecer en la historia”, planteó en diálogo con Télam el periodista Iacopo Scaramuzzi, autor del libro “Dios, al fondo a la derecha”, en el que analiza los movimientos de centroderecha y derecha de Europa.
Berlusconi, de 85 años y premier en 1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011, anunció ya su intención de competir por la Presidencia del país a la cabeza de su partido de centroderecha Fuerza Italia y con el apoyo de otras fuerzas de derecha como la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.
“La candidatura de Berlusconi a la presidencia de la República es absolutamente creíble, cree seriamente en ella”, agregó en tanto a Télam el exsenador y politólogo Gianfranco Pasquino.
Berlusconi, empresario de medios y de fútbol, tiene sobre sus espaldas una condena por fraude fiscal y una de primera instancia luego revocada por corrupción de menores, entre una serie de escándalos que envolvieron su paso por el poder y que enmarcan el rechazo de las fuerzas de centroizquierda a apoyar su candidatura.
“Su elección dividiría el Parlamento y el país, desafiaría la racionalidad (tiene 85 años y el mandato dura siete) y, creo, sería una herida a la democracia”, sostiene Scaramuzzi.
De todos modos, el analista no cierra la puerta a esa posibilidad a partir de la cuarta votación del Parlamento, en la que los candidatos necesitan solo mayoría simple de los 1.009 grandes electores y no mayoría absoluta para ser elegidos.
Los participantes de la sesión que iniciará el 24 de enero y que buscará elegir al próximo Presidente son los 630 diputados, los 321 senadores (315 elegidos y seis vitalicios de designación presidencial) y 58 delegados de las regiones.
Durante las tres primeras votaciones es necesaria una mayoría calificada de dos tercios, 673 votos, para designar al Presidente, mientras que de la cuarta votación en adelante basta con mayoría simple de 505 apoyos.
“Sería una elección legítima y, sobre todo, políticamente ventajosa para la derecha”, enmarca Scaramuzzi, al analizar los alineamientos tras Berlusconi de sus socios Meloni y Salvini.
“En realidad, sus aliados no están entusiasmados con Berlusconi en el Quirinale: han llevado a la derecha italiana más allá de Berlusconi, a posiciones más extremistas, y ahora luchan para recoger su legado. Pero, al final, ganarían por primera vez una posición que en la historia de Italia siempre ha estado cerrada a la derecha”, agrega el analista.
Según Scaramuzzi, con la posible llegada de Berlusconi a la Presidencia, sus socios de derecha “aprovecharían esta oportunidad para tener un aliado precioso para la formación del próximo gobierno, después de las elecciones parlamentarias” previstas para marzo de 2023.
“Parece ficción política pero no lo es”, remarca el autor de “Dios, al fondo a la derecha”.
Para Pasquino, Berlusconi “quiere la unidad de la centroderecha que creó en 1994 y que en repetidas ocasiones condujo al éxito electoral con la conquista de muchos puestos gubernamentales”.
Además, sostiene Pasquino, “Berlusconi tiene muchos recursos para atraer y recompensar a todos los que votan por él”, en un contexto en el que, con su avanzada edad y tras varias internaciones, “esta es su última gran oportunidad que coronaría su vida”.
“En mi opinión, su elección sería un desastre para la política italiana”, sostiene el politólogo y profesor emérito de Ciencia Política de la Universidad de Bolonia.
La llegada de Berlusconi al Palacio del Quirinale crearía “siete años de tensiones, conflictos, enfrentamientos internos, especialmente en el tema de la justicia, pero también de enfrentamientos con la Comisión Europea”.
“Los europeos han aprendido que Berlusconi no es confiable. Promete y no cumple. Italia perdería la credibilidad adquirida por Mattarella y especialmente por Draghi”, sostiene Pasquino.
Además de Berlusconi, otro de los principales candidatos es el actual premier Mario Draghi, quien a fin de año no descartó la posibilidad de pasar a ejercer la Presidencia si logra el mismo respaldo con el que ejerce el Gobierno, en base a una amplia mayoría que contiene a casi todo el arco político con representación parlamentaria, salvo la derechista Hermanos de Italia.
Sin embargo, la dificultad para encontrar otra persona que pueda ejercer el Gobierno con tanto apoyo y no obligue a adelantar las elecciones le juega en contra a las aspiraciones del economista, premier desde febrero pasado.