La Bicameral de Inteligencia pidió el juicio político contra los camaristas Llorens y Bertuzzi
La Comisión Bicameral de Inteligencia pidió que se destituya a los dos camaristas que en diciembre negaron que haya existido un plan sistemático de espionaje durante el gobierno de Mauricio Macri y, por el contrario, terminaron convalidando la teoría del macrismo que sostiene que las tareas ilegales fueron obra y gracia de un grupo de espías que obraban por cuenta propia.
En una reunión en el Consejo de la Magistratura, una delegación encabezada por el diputado Leopoldo Moreau pidió la remoción de Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi por mal desempeño. “Son jueces cooptados y lo que hicieron encuentra parangón con la autoamnistía de los militares: ahora están tratando de generar impunidad para Macri y compañía”, dijo Moreau a Página/12 después de presentar el pedido de juicio político.
La de este jueves fue la primera vez que una comisión del Congreso pidió la remoción de dos jueces. Así lo habían votado en el último plenario de la Bicameral después de que se conoció el fallo en el que Llorens y Bertuzzi desvincularon, entre otros, al exdirector general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas y al exdirector nacional del Servicio Penitenciario Federal (SPF) Emiliano Blanco.
Los dos, junto a otros 36 imputados, habían sido procesados por el juez de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé en la causa en la que se investigaba el accionar de los espías conocidos como Súper Mario Bros –en sus orígenes, policías de la Ciudad que pasaron en comisión a la AFI– y el espionaje en las cárceles.
Jueces y macrismo, ausentes
Cerca de las 14, llegaron al Consejo de la Magistratura Moreau, Eduardo Valdés, Oscar Parrilli, Rodolfo Tailhade y Blanca Osuna. Allí los recibió el presidente del cuerpo, Diego Molea, que estaba acompañado por otros consejeros: Gerónimo Ustarroz (representante del Ejecutivo), la senadora María Inés Pilatti Vergara, el senador Mariano Recalde y la diputada Graciela Camaño –que fue víctima de la vigilancia de los Súper Mario Bros junto con su marido Luis Barrionuevo y varios de sus colaboradores–. Lo singular fue que brillaron por su ausencia los consejeros alineados con el macrismo y que no estuvo presente ninguno de los tres jueces que integran el organismo.
Todos escucharon a Moreau relatar durante unos 25 minutos cómo la Bicameral se había dedicado desde 2020 a investigar el accionar de la AFI durante el gobierno de Cambiemos y cómo habían llegado a la conclusión de que más de 300 personas y cerca de 200 organizaciones habían sido víctimas de una vigilancia ilegal por parte de los servicios de inteligencia. En marzo pasado, la Bicameral presentó un informe en el que denunció una práctica sistemática de espionaje que había sido pergeñada desde la cima del gobierno de Macri.
Para la Bicameral, Llorens y Bertuzzi los dos llegados durante el macrismo al tribunal de apelaciones de Comodoro Py– fueron parte de las complicidades judiciales que la Comisión sostuvo que deberían investigarse en el futuro. “Ambos jueces se interesaron así en mantener una intervención que la legalidad les impedía, eludiendo los reclamos de las víctimas y procurando garantizar la impunidad de aquellos integrantes de la ‘Mesa Judicial’ a la que se los vincula”, sostuvieron los integrantes de la Bicameral en el escrito en el que le dejaron a los consejeros.
Las acusaciones
La Bicameral se hizo eco del escrito que presentó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner la semana pasada en el que pide que se anule la resolución que firmaron Llorens y Bertuzzi y describe cómo la investigación más abarcativa del espionaje durante el macrismo quedó frenada después de que la sacaran del juzgado federal de Lomas de Zamora y pasara a los tribunales de Comodoro Py. Lo que relata CFK, a través de su abogado Carlos Beraldi es en resumen lo siguiente:
El juez Juan Pablo Augé y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide avanzaban con la investigación sobre los Súper Mario Bros y el espionaje penitenciario hasta que la Cámara Federal de Casación les sacó la causa. La decisión del máximo tribunal penal se conoció casualmente cuando Incardona y Eyherabide estaban poniendo el ojo en lo que hacía la Dirección Administrativa de Asuntos Jurídicos, que comandaba Juan Sebastián de Stefano –un hombre con clara influencia en los tribunales–.
En Casación intervino una sala que no debió hacerlo. La causa estaba radicada inicialmente en la Sala I, pero terminó en la Sala IV. Allí, los camaristas Mariano Borinsky y Javier Carbajo tomaron la decisión de sacarle el expediente a Augé. La tercera integrante de la sala, Ángela Ledesma, denunció que la intervención era irregular y que, además, con la decisión se podía frenar el avance de la investigación –lo que efectivamente sucedió–.
Con el traspaso, la causa quedó en manos de Marcelo Martínez de Giorgi, que esperó a que la Cámara Federal porteña revisara los 38 procesamientos que había dictado Augé. Allí hicieron su entrada en escena Llorens, Bertuzzi y Eduardo Farah, que quedó en minoría. En diciembre, Llorens y Bertuzzi dijeron que no había prueba para indicar que existió un plan sistemático de espionaje durante el macrismo y que los espías eran “cuentapropistas” –es decir, que buscaban intimidar o extorsionar a distintas personas por interés personal–.
Tanto CFK como la Bicameral entienden que Llorens y Bertuzzi no podrían haber intervenido y que lo hicieron para “garantizar impunidad a Macri y compañía”, según remarcó Moreau. Los dos estaban mencionados en el teléfono de Darío Nieto, el secretario privado de Macri. Uno estaba agendado y otro aparecía en una reunión en la quinta de Olivos. Además, en el caso de Llorens, su primo –Rafael Llorens– había sido víctima del espionaje mientras estuvo detenido en la cárcel de Ezeiza.
Todo esto sucedió mientras la Corte dormía recursos contra el pase de la causa a Comodoro Py y mientras los cuatro integrantes del máximo tribunal se excusaban para no intervenir en el expediente.
Cómo sigue
Después de exponer, Moreau le pidió al Consejo que avance con el pedido de juicio político porque el accionar de los camaristas no solo daña, a su entender, a las víctimas del espionaje, sino al sistema democrático en su conjunto. “En todas las instituciones hay que reconstruir el pacto democrático que quebró el macrismo, por eso le pedimos celeridad al Consejo”, remarcó el presidente de la Bicameral en diálogo con este diario.
Molea dijo que le iban a imprimir velocidad y que iban a girarlo a la comisión de Disciplina, que está a cargo de Pilatti Vergara. Allí la comisión deberá sortear un consejero para que instruya la denuncia. Los integrantes de la Bicameral pidieron que se los vuelva a convocar cuando le den ingreso formal al pedido para exponer ante el resto de los integrantes del organismo.
En los próximos días, la Bicameral podría dar otro paso: presentarse como amicus curiae para apuntalar la investigación sobre los Súper Mario Bros y los espías penitenciarios en el juzgado de Martínez de Giorgi.
Fuente: Página/12