El gobierno de Milei aísla a Argentina en el G20 al rechazar acuerdo sobre igualdad de género
La decisión de no apoyar políticas de género lo enfrenta a Brasil y países occidentales, mientras cuestiona la Agenda 2030 y sus compromisos globales.
El gobierno de Javier Milei ha adoptado una postura contraria al consenso global, negándose a firmar una declaración del G20 en apoyo a políticas de igualdad de género. Mientras países tradicionalmente conservadores como Arabia Saudita e Indonesia respaldaron el acuerdo, Argentina optó por distanciarse, siendo el único país que rechazó el documento.
Este movimiento, alineado con el discurso libertario del presidente Milei en la ONU, cuestiona los compromisos de la Agenda 2030, a la que tildó de “supranacional” y “socialista”. La administración argentina argumenta que las políticas propuestas limitan las libertades individuales y comerciales, proponiendo en su lugar una “agenda de la libertad”.
El rechazo argentino ha provocado reacciones adversas en el seno del G20, con figuras como Vanessa Dolce de Faria, representante brasileña, criticando la decisión en X: “Cuando la extrema derecha avanza, las mujeres pierden”. La Presidencia brasileña también defendió la declaración, señalando que la igualdad de género es “no negociable”. Este aislamiento podría tener implicaciones para la política exterior argentina, especialmente con sus aliados regionales.
La postura del gobierno argentino, que contradice incluso a regímenes con prácticas cuestionables en materia de derechos de las mujeres, como el de Arabia Saudita, ha sido interpretada como un giro hacia el aislamiento internacional y un debilitamiento de su influencia en temas de derechos humanos. Además, pone en tela de juicio el compromiso del país con la erradicación de la violencia de género, tema que es central en la declaración.
El documento promovido por el G20 reafirma compromisos internacionales, como la Plataforma de Beijing y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que buscan cerrar la brecha salarial, garantizar el acceso igualitario al trabajo y luchar contra la violencia de género. En un contexto en el que Argentina solía tener un rol activo en la promoción de derechos de género, este rechazo marca un claro retroceso.
La decisión de no apoyar políticas que buscan mejorar la situación de las mujeres y niñas globalmente podría, además, erosionar las relaciones de Argentina con sus socios tradicionales, debilitando su imagen en la comunidad internacional y generando tensiones con países claves en el G20, como Brasil y Estados Unidos.