El “caputazo” de Milei: en diciembre el salario real tendrá la peor caída desde 2002
Consultoras privadas estiman que la escalada inflacionaria que se desató tras las primeras medidas de Milei y Caputo podría generar en el último mes del año una caída del salario real superior al 9%, peor registro desde la post crisis de 2001. La tendencia seguirá en 2024 y viene con recesión.
El cóctel – que todavía no terminó – de las medidas de Javier Milei a través de Luis “Toto” Caputo que incluyó la violenta devaluación del peso y suba del dólar oficial, la liberación de los precios regulados, el aumento drástico de combustibles y el impacto de todos estos ítems en los precios en general provocará para los argentinos el peor diciembre en materia de salario real y poder adquisitivo desde 2002, post crisis de Fernando de la Rúa, según estiman consultoras privadas.
Desde la consultora Equilibra especifican que su proyección arroja “una inflación promedio mensual de 25% en diciembre, enero y febrero, que deteriorará con fuerza el poder adquisitivo del salario” y provocará así que “la caída de los salarios reales de diciembre podría superar el récord mensual de descenso de alrededor del 9% verificada en abril de 2002”.
“Creemos que el salario formal buscará recomponer parte de lo perdido y trepará a una nominalidad más alta en enero-febrero. De todas formas, la caída del salario real ascendería como mínimo 8% entre noviembre y febrero 2024”, analizaron desde la firma.
Los especialistas adelantan que la contracción de los sueldos podría ser de entre 8 y 11,6% en el último mes del año, con una inflación que pasó de los casi 13 puntos de noviembre a entre 25 y 30%.
La estimación es que el fuerte deterioro del bolsillo será heterogéno, dado que impactará, entre otras cosas, más profundo en los trabajadores informales que en el sector privado registrado. A su vez, anticipan que consecuentemente habrá un impacto en el consumo que llevará a un “enfriamiento” en el nivel de la actividad económica. “Estanflación”, había profetizado Milei, entonces presidente electo.
De hecho, analistas señalan que este escenario es uno de los objetivos buscados con el plan económico anunciado la semana pasada por el ministro de Economía Caputo.
En este sentido, las proyecciones señalan un recorte del PBI de 4% para 2024, número que se eleva al 6% si no se contemplara al agro y sectores extractivos. “Con salarios reales cayendo al 9% en promedio”, añaden. Catastrófico.
“Suponiendo una inflación que promedie el 20% en los próximos meses, es evidente que se verá golpeado el poder adquisitivo. De hecho, si los salarios del sector privado registrado continúan con el promedio de actualización que tuvieron este año, y las expectativas de inflación para diciembre se confirman, podríamos estar observando una caída del salario real superior al 8%, una situación similar a esta nos remonta al segundo trimestre de 2002”, coincidió Francisco Ritorto, economista de la consultora ACM, según Ámbito Financiero.
Desde Ecolatina aseguran que, de cara a lo que viene después de diciembre, “tras el 12,7% registrado en noviembre, el IPC del GBA volvió a acelerarse y en la primera quincena de diciembre registró un aumento de 18,1% con respecto al mismo lapso del mes anterior”, cuando “comenzaron los aumentos después del balotaje”, con un gobierno debilitado por estar de salida.
“El costo de vida acumulado en el trimestre diciembre-febrero equiparará a la inflación acumulada de los 6 meses previos, es decir, entre junio y noviembre”, señalan desde la misma consultora.
Eco Go, por su parte, asegura que los alimentos aumentaron 8,2% en la primera semana de diciembre y 10,4 en la segunda. “Con este dato y considerando una proyección de variación de variación semanal promedio de entre 4 y 5% para las próximas dos semanas, la inflación alimentaria treparía al 33, 2% mensual”, completan.
En tanto, Sigaut Gravina enfatiza que entre los sectores más perjudicados por el violento ajuste estarán los jubilados. “Los habres jubilatorios llegan exhaustos a noviembre pero la revancha llega en diciembre, por la suba trimestra de la movilidad jubilatoria”. Sin embargo, será insuficiente: “En diciembre, los haberes del sector pasivo trepan 20,9%, pero la inflación alcanzaría 25% y luego quedan dos meses quietos”.
Desde la consultora Sarandí, el econimista Sergio Chouza profundizó cuál será el alcance del ajuste: “El diagnóstico que hacemos es que el objetivo del programa oficial es la licuación de los pesos, bajo la hipótesis de que la economía está sobre monetizada y que hay que ir a un contexto de mayor recesión, de menor actividad”.
“Esa es la forma para ‘disciplinar’ un poco la dinámica de precios. Van a buscar aumentar la velocidad de la recesión y la licuación de saldos reales, entre ellos los salarios, no son un resultado negativo, sino un objetivo del programa para enfriar la economía y disminuir los saldos reales en pesos”, sintetizó.
Asimismo sostuvo que con una inflación en franca aceleración “muy posiblemente vaya a observarse tanto en diciembre como en enero una licuación de los salarios muy significativa”.
“La magnitud es difícil de estimar: va a ser muy heterogénea, porque algunos gremios podrán pelear paritarias para mínimamente sostener el poder adquisitivo, en función a su poder de fuego particular”, dijo, al tiempo que advirtió que en cambio otros “van a quedar muy rezagados” y “ni hablar, lógicamente, de los informales”.
En esa línea, Chouza concluyó: “El hecho es que la actividad ya no va a convalidar aumentos a la misma velocidad que ocurrió a lo largo de 2023. Así es que se viene un momento muy complejo para los salarios. Se vienen meses de licuación significativa. Y no lo veo como un daño colateral, sino como un efecto buscado del programa”.