Análisis de la Inflación de Julio, según datos del INDEC
La cifra de inflación de julio, publicada por el INDEC, marca un 4%, lo que en principio parece un indicador positivo tras el rebote de junio. Sin embargo, hay varios elementos a considerar que cuestionan el verdadero significado de esta cifra.
El Gobierno ha promocionado este 4% como un signo de que la inflación está volviendo a su “camino a la baja”. Sin embargo, es crucial destacar que la inflación interanual sigue en niveles alarmantemente altos, con un 263,4%. Esta cifra indica que, a pesar de la desaceleración mensual, los precios siguen subiendo a un ritmo insostenible para la economía y el poder adquisitivo de los ciudadanos.
La inflación núcleo, que excluye elementos volátiles como alimentos y energía, se situó en 3,8%. Esta cifra refleja la persistencia de la inflación subyacente, lo que sugiere que los factores estructurales de la economía argentina, como la emisión monetaria y la falta de confianza en la moneda, siguen ejerciendo una fuerte presión inflacionaria.
El informe menciona que las regiones del Noreste y Cuyo experimentaron las mayores subas, con un 4,6%. Esto revela disparidades regionales en el impacto de la inflación, lo cual es preocupante, ya que algunas áreas del país están sufriendo más que otras. Esta desigualdad podría profundizar las diferencias económicas entre las regiones y aumentar las tensiones sociales.
Uno de los factores que parece haber contenido la inflación en julio es el atraso en los ajustes de tarifas. Esta medida, utilizada por el gobierno como un mecanismo de control temporal, es una solución a corto plazo que no resuelve los problemas subyacentes. De hecho, este tipo de intervenciones puede generar un efecto rebote cuando finalmente se ajusten las tarifas, lo que podría desatar una nueva ola inflacionaria.
Las consultoras y analistas económicos no se ponen de acuerdo sobre el futuro inmediato. Algunos prevén que la inflación continuará su tendencia a la baja, mientras que otros advierten sobre un posible estancamiento o incluso un nuevo repunte, especialmente si se considera el impacto de futuros ajustes de tarifas y la incertidumbre política.