FMI advierte que el éxito del plan económico de Milei depende del apoyo social pese al ajuste

Kristalina Georgieva, titular del organismo, comparó el caso argentino con líderes de Europa del Este que recortaron salarios y fueron reelegidos. La declaración llega en medio de las tensiones por el desembolso de fondos y a 20 días de elecciones clave.

En un mensaje de alto impacto político, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó que la continuidad del severo programa de ajuste económico del gobierno de Javier Milei depende críticamente del respaldo de la sociedad argentina, a la que instó a mantener su apoyo en medio de la crisis.

La declaración se produce en la recta final de las negociaciones que una comitiva del ministro de Economía, Luis Caputo, mantiene en Washington para desbloquear un nuevo desembolso de fondos, y a solo 20 días de unas elecciones legislativas que funcionan como un plebiscito sobre la gestión oficialista.

El argumento del FMI: ajuste y legitimidad política

Georgieva buscó fundamentar su postura con ejemplos históricos: “En Europa Central y del Este tuvimos ejemplos de líderes valientes que hicieron cosas muy difíciles, recortaron pensiones y salarios en un 40% o 50%, y fueron reelegidos. ¿Por qué? Porque lograron que la gente los acompañara”. La funcionaria presentó así la “confianza ciudadana” como un pilar indispensable para la viabilidad del “plan Caputo”, que el FMI considera “ejemplar” en su disciplina fiscal.

El desafío interno: el creciente desgaste social

Mientras el FMI proyecta un escenario de consolidación, la realidad local muestra signos opuestos. El ajuste, que ha logrado superávit fiscal, tiene un costo social tangible que se traduce en una caída del consumo y un aumento de la pobreza. Este malestar comienza a reflejarse en las encuestas, planteando un dilema para el oficialismo: cómo sostener la legitimidad de un programa económico que, aunque celebraado por los mercados, genera un creciente descontento en la población.

Editorial: La ecuación crítica entre números y consenso

El llamado del FMI trasciende lo económico para adentrarse en lo político. Georgieva identifica con precisión el talón de Aquiles del plan: su sostenibilidad no se mide solo en puntos del PBI o metas de inflación, sino en el frágil termómetro del apoyo popular. La comparación con Europa del Este, sin embargo, omite particularidades cruciales de la sociedad argentina y su histórica relación con el Fondo. La apuesta del Gobierno es que la estabilización macroeconómica, si llega a sentirse a tiempo, generará por sí sola el consenso perdido durante la etapa del ajuste. El riesgo es que el puente entre ambos momentos sea demasiado largo para una ciudadanía exhausta, haciendo que la teoría de la confianza se resquebraje ante la persistencia de la emergencia social.

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