El Gobierno blinda el veto de Javier Milei al aumento de jubilaciones con alianzas de último momento
A pesar de las promesas iniciales, el oficialismo logró imponer el veto presidencial, bloqueando la mejora en las jubilaciones y dejando en evidencia la debilidad de la oposición.
El veto de Javier Milei a la reforma que otorgaba un aumento a las jubilaciones destapó un juego de poder en el Congreso que evidenció las alianzas y las negociaciones del oficialismo. Con solo 153 votos en contra, la oposición no logró alcanzar los dos tercios necesarios para revertir una medida que afecta directamente a los jubilados, uno de los sectores más vulnerables del país.
El radicalismo, que históricamente impulsó el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, sufrió una fractura interna. Aunque en la votación de junio había contribuido con 32 votos a favor de la reforma, esta vez el bloque se redujo a 26 apoyos, con 5 abstenciones. Este cambio de postura expuso la falta de coherencia en un partido que parece haber cedido a las presiones del Gobierno.
Otro actor clave fue Innovación Federal, cuyos miembros, representantes de provincias como Misiones, Salta y Río Negro, también dieron un giro inesperado. Tras votar a favor en la primera instancia, ahora decidieron abstenerse, levantando sospechas sobre las promesas o concesiones del Gobierno a cambio de su neutralidad en la votación. Este tipo de maniobras revela una política de favores que privilegia los intereses particulares por encima del bienestar de los jubilados.
El Frente de Izquierda, que en junio se había abstenido, optó esta vez por apoyar la reforma, dejando en claro que el veto de Milei no solo afecta las jubilaciones, sino que también impone un ajuste que, irónicamente, golpea a aquellos que menos pueden defenderse: los jubilados. Mientras tanto, sectores como La Libertad Avanza, el PRO y otros bloques minoritarios siguieron firmes respaldando la medida del Gobierno, sin ofrecer alternativas concretas para mejorar la situación previsional.
Con 87 votos a favor del veto y 8 abstenciones, la administración de Milei logró bloquear un aumento que había generado expectativas en los jubilados, exponiendo una vez más la fragilidad de las promesas electorales. El ajuste, lejos de dirigirse a la “casta política” como se prometió, parece haber caído en los hombros de los sectores más necesitados.