9 noviembre, 2024
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Intento de Magnicidio contra Cristina Kirchner: La Violencia que Rompió el Pacto Democrático en Argentina

El fallido atentado contra Cristina Fernández de Kirchner expone la planificación sistemática del odio y la impunidad en sectores del poder político y judicial.


El intento de asesinato contra Cristina Fernández de Kirchner, cuando un sujeto gatilló una pistola a centímetros de su cabeza, dejó al descubierto la planificación meticulosa del odio que ha permeado la política argentina. Este hecho no solo puso en riesgo la vida de la ex presidenta y actual vicepresidenta, sino que también rompió el pacto democrático que sustenta la convivencia en el país.

El ataque no fue un evento aislado, sino la culminación de años de persecución y violencia simbólica alimentada por sectores políticos, judiciales y mediáticos. Las campañas de demonización de la figura de Cristina Kirchner fueron construyendo un clima de odio que se materializó en ese gatillazo fallido, pero que, como muchos creen, fue resultado de una estrategia planificada y financiada por aquellos que se sintieron amenazados por los gobiernos kirchneristas.

La frase “La bala que no salió y el fallo que sí saldrá”, publicada por un medio hegemónico, refleja un intento de minimizar lo ocurrido, pero la verdad es que fueron múltiples los disparos de odio que precedieron al atentado. Estos disparos no solo dañaron a Cristina Kirchner, sino que hirieron profundamente el tejido democrático del país.

Durante años, se permitió que se avivara el odio en las tapas de los diarios, en las transmisiones de radio y televisión, y en las redes sociales. Este odio se tradujo en acciones concretas: apedrearon su despacho, colocaron bolsas mortuorias con su nombre y marcharon con guillotinas en la Plaza de Mayo. Todo esto se desarrolló sin que hubiera freno alguno, y con la connivencia de ciertos sectores judiciales y políticos que no solo no evitaron la violencia, sino que la promovieron.

El intento de magnicidio que presenció el mundo entero aún no ha sido esclarecido. El contenido del celular del atacante se borró inexplicablemente bajo custodia judicial, y se han bloqueado investigaciones sobre las organizaciones políticas que rodeaban a los atacantes, como Revolución Federal. Además, la conexión con figuras políticas de la oposición y el financiamiento por parte de familias poderosas generan serias dudas sobre la profundidad y la independencia de la investigación.

La sociedad argentina merece justicia y verdad, no solo para Cristina Fernández de Kirchner, sino para todos los ciudadanos que confían en un sistema democrático. La impunidad y el encubrimiento no pueden ser la respuesta ante un hecho tan grave como este, que ha puesto en cuestión la capacidad del país para proteger su democracia.

Fuente: Con información de Página/12