El Gobierno logró una adhesión al canje de deuda por 2 billones de pesos
El Gobierno ofreció un bono dual, que ajusta por inflación o por dólar oficial, según mejor convenga al inversor y logró postergar el 85% de los pagos de agosto a octubre de 2022 hasta mediados de 2023. La mayoría de los bonos estaba en manos de organismos estatales, pero la aceptación en el sector privado fue mejor a la esperada, del 65%.
El equipo del ministro de Economía, Sergio Massa, debutó con cierto éxito en las colocaciones de deuda doméstica. Claro, les dio a los inversores lo que ellos querían: en lugar de un bonos actualizados por CER (indicador similar a la inflación), les ofreció otros duales, que se ajustan por CER o por el dólar oficial (dólar linked, como se les llama), según mejor les convenga a los bonistas. El plantel que encabeza el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, logró extender hasta mediados de 2023 un total de $ 2 billones de los vencimientos de agosto, septiembre y octubre de 2022, con una participación del 85% en el canje que ofreció este martes, a pocos días del cambio ministerial.
El Tesoro debía afrontar vencimientos por $ 615.862 millones en agosto, en 1,1 billones en septiembre y 807.068 millones en octubre. Luego de esta operación de conversión, logró reducir los vencimientos proyectados a 115.318 millones, 209.337 millones y 155.336 millones, respectivamente. El Ministerio de Economía destacó que el 83% de los vencimientos proyectados para octubre fue colocado en el instrumento dual con vencimiento en septiembre de 2023. Es decir, se adjudicaron $ 651.862 millones para después de las primarias presidenciales de agosto de 2023.
En el Gobierno calcularon que el 40% de los bonos del canje estaba en manos del Banco Central y la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), pero reconocieron que fideicomisos del Estado también tenían tenencias. Algunos cálculos privados hablan de que el 60% estaba en manos estatales. Por tanto, bancos, aseguradoras y fondos de inversión aportaron un 25% para alcanzar el 85% de aceptación. El otro 15%, del sector privado, se mantuvo al margen. El trueque tuvo sobre todo poca adhesión entre fondos extranjeros que entraron al país en la era de Mauricio Macri y aún no pudieron irse con una rentabilidad razonable. Se trata de Pimco y Templeton. Con ellos dialoga el equipo económico para que participen de futuras licitaciones de deuda, como la de pasado mañana, para renovar deuda por menos de $ 100.000 millones. Si participan, no se irían al contado con liquidación (CCL) para huir de la Argentina.
Por encima de lo esperado
En el Palacio de Hacienda consideran que la aceptación del 85% superó las expectativas y lo atribuyeron a la mejora de perspectivas económicas que provocó en el mercado el nombramiento de Massa como ministro y a que conversaron con el sector privado para ofrecerles una “cobertura con la que se sintieran cómodos, siempre y cuando no se encarezca en mayor manera el financiamiento”. El bonista ahora no sólo se asegura un rendimiento como la inflación sino también se cubre de una hipotética devaluación del peso oficial. En las conversaciones con el sector privado participaron Setti, su funcionario Leandro Toriano, el futuro vicepresidente del Banco Central Lisandro Cleri y el jefe de asesores de Massa, Leonardo Madcur.
En Economía se mostraron satisfechos de que con el canje ya no tendrán que batallar mes a mes con los vencimientos de deuda sino que al menos se quitaron de encima el peso de ellos por tres meses. Recuerdan que hasta hace pocos días el mercado temía un “reperfilamiento”, el eufemismo con el que el gobierno de Macri llamó a la reestructuración de la deuda local en 2019. El equipo de Massa confía en enviar las señales correctas para que en 2023 se sigan pudiendo renovar bonos sin temor a un reperfilamiento en el próximo gobierno. En Juntos por el Cambio dirigentes como Ricardo Buryaile no lo descartaron en caso de vencer en las elecciones presidenciales, pero el gobierno actual, tanto con Martín Guzmán en Economía como ahora con Massa, rechaza esa posibilidad. La duda de los inversores es si unos u otros podrán cumplir con las obligaciones.
Massa deberá demostrarle al mercado que mantendrá y cumplirá la meta de déficit fiscal primario (antes del pago de deuda) del 2,5% del PBI, que se pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2022 y que será imposible de incumplir sin un ajuste en los próximos meses. Para ello, los funcionarios del ministro se reunirán el jueves con sus pares de las demás carteras para contarles que sus partidas de este año no podrán aumentar por encima del 62% previsto en el presupuesto, por más que ahora los economistas relevados por el Central prevean una inflación del 90% en el año. Eso implicaría un brutal recorte en todos los ministerios, con excepción de la Anses, dado que las jubilaciones, pensiones y asignaciones se actualizan automáticamente por salarios y recaudación. Además, el ministro se ha comprometido a dejar de financiarse con la autoridad monetaria, con lo que deberá elevar sus colocaciones de deuda en un mercado que quiere ver materializadas las promesas de ajustes antes de prestarle más.
Pero por lo pronto el canje ha sido un éxito. “Fue un muy buen resultado”, opina Santiago Abdala, director de Portfolio Personal Inversiones (PPI). “Logró una aceptación por encima de lo esperado y de lo comprometido por Massa días atrás. Si mirás números, te da una aceptación del sector privado de 63,7%… es muy bueno que el resultado haya sido mejor de lo esperado con participación del sector privado. Si le iba mal, Massa iba a tener presión sobre la curva de pesos y es una buena noticia que no haya sido así. No despeja otras inquietudes, pero es muy importante que haya aprobado así su primer prueba en el mercado como ministro de Economía”, continúa Abdala. ¿Por qué el sector privado entró en su mayoría al canje? Por un lado, los bancos no deben contabilizar estos bonos duales como dentro de sus posiciones en moneda extranjera. Por otro, la posibilidad de que los títulos ajusten por CER o dólar oficial. Por lo menos así lo analiza el director de PPI.
En otra sociedad bursátil, en la que prefieren el anonimato, califican el canje como “positivo porque despeja el corto plazo” y atribuyen el resultado a la oferta del bono dual. Al final de cuentas, esos pesos que estaban colocados en deuda que vencía este mes, el próximo o el siguiente seguirán en títulos pero que vencen en junio, julio y septiembre de 2023, y no se irán al dólar paralelo en lo inmediato.