Eximieron al «Comisario WhatsApp»
El “comisario WhatsApp” de Tierra del Fuego, apodado así porque redujo los índices de inseguridad de la ciudad de Río Grande usando esa aplicación telefónica, fue absuelto por el Superior Tribunal de Justicia de la provincia, en una causa donde lo acusaban de no haber garantizado la custodia de una mujer abusada por su ex pareja, confirmaron hoy fuentes judiciales.
Marcelo Guerrero había sido condenado a 1 año y 6 meses de prisión en suspenso en abril de 2019, por el delito de “omisión de auxilio a la autoridad civil competente” cometido entre los días 15 y 16 de mayo de 2017.
Guerrero, quien siempre se proclamó inocente y sostiene que recibió una “orden verbal” y no una disposición judicial para proteger a la víctima, también había sido inhabilitado por tres años para desempeñar funciones en la policía, por el juez Correccional de Río Grande Martín Bramatti.
Sin embargo, el fallo fue apelado ante el máximo tribunal fueguino, que hizo lugar a un recurso de casación y absolvió al imputado, según confirmaron voceros judiciales.
El jefe policial fueguino había adquirido notoriedad a partir de 2015, cuando consiguió que los seis barrios problemáticos que estaban bajo su jurisdicción en la Comisaría Quinta de Río Grande, pasaran 100 días sin que se produjera ningún delito contra bienes y personas, incluyendo robos y hurtos.
Para ello formó varios grupos de WhatsApp, y también de Facebook, donde los vecinos alertaban de situaciones sospechosas, mandaban fotos y videos, y permitían la inmediata intervención policial, generando que la gente se comprometiera con la seguridad de su barrio.
Hasta que en mayo de 2017, una mujer que ya había sido violada por su ex pareja, fue atacada sexualmente en su domicilio por el mismo agresor, mientras regía una orden judicial a la policía provincial para que la víctima contara con custodia las 24 horas.
A raíz de la sustanciación de la causa judicial en su contra, Guerrero fue apartado del cargo y su carrera policial entró en declive, pese a que decenas de vecinos de los barrios que custodiaba le prestaron su apoyo y solidaridad a través de las mismas redes sociales y aplicaciones con las que antes se comunicaban para bajar los índices delictivos.