Designan a Adrián Cosentino, un experto del BID y Banco Mundial, como nuevo presidente del Banco de Tierra del Fuego

El gobernador Gustavo Melella apuesta por un perfil técnico de alto nivel internacional para transformar al BTF en un motor de desarrollo productivo fueguino, priorizando el financiamiento para pymes y la articulación público-privada.


En un movimiento estratégico para la economía fueguina, el gobernador Gustavo Melella designó a Adrián Cosentino como nuevo presidente del Banco de Tierra del Fuego (BTF), marcando un claro rumbo hacia la potenciación de la entidad como una banca de desarrollo de alto impacto. Cosentino, un economista con una extensa trayectoria en organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), así como en la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Ministerio de Economía de la Nación, reemplaza a Fabián Musso al frente de la institución.

La designación no es un simple cambio de autoridades; es una declaración de intenciones sobre el futuro económico de la provincia. Melella busca convertir al BTF en una herramienta central para diversificar y robustecer la matriz productiva local, históricamente tensionada por su dependencia de los regímenes de promoción industrial.

El perfil: Técnica internacional al servicio del desarrollo local

El currículum de Cosentino es inusual para un banco provincial. Doctor en Ciencias Económicas (UBA) con posgrados en Frankfurt y Taipei, su carrera ha transitado por la alta regulación financiera, el mercado de capitales y el diseño de instrumentos de financiamiento complejos. Su rol como consultor senior del BM y el BID le otorga una perspectiva global sobre modelos de desarrollo y financiamiento, que ahora promete aplicar en Tierra del Fuego.

“En esta nueva etapa pondremos un énfasis prioritario en profundizar el rol del Banco como banca de desarrollo de la provincia, robusteciendo la matriz productiva e impulsando la inversión y el trabajo en Tierra del Fuego”, declaró Cosentino al asumir. Su objetivo declarado es consolidar “una entidad pública cercana al territorio”, con foco en ampliar las capacidades de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

El desafío: De la solidez operativa al impacto transformador

Cosentino hereda un banco que, según el comunicado oficial, fue dejado “sólido y fortalecido” por su predecesor, con avances en modernización de servicios. Sin embargo, el mandato ahora parece ser cualitativamente distinto: transitar de una banca pública eficiente a un agente activo de transformación económica.

Su experiencia previa en la provincia al frente del Fondo de Garantía para el Desarrollo Fueguino (FOGADEF) –que consolidó como herramienta crediticia para pymes– le da conocimiento del terreno. La clave estará en si puede escalar ese modelo y articularlo con “el sector público, el sistema financiero y el entramado empresarial”, como él mismo menciona.

Análisis crítico: Expectativas y riesgos de un perfil “superestelar”

La llegada de un profesional de su calibre genera altas expectativas, pero también interrogantes. Por un lado, su conocimiento de ingeniería financiera y mercados de capitales podría abrir puertas a instrumentos innovadores de crédito para sectores estratégicos más allá de la industria electrónica, como el turismo de experiencia, la logística antártica o la economía del conocimiento.

Por otro, existe el riesgo de que la sofisticación técnica choque con las necesidades concretas y a veces urgentes de los pequeños empresarios fueguinos, o con las limitaciones inherentes a una economía provincial pequeña y aislada. Además, su extensa agenda internacional plantea la duda sobre la disponibilidad de tiempo para una gestión de inmersión total en la provincia.

La apuesta de Melella: Credibilidad técnica y puentes con el capital global

Más allá de la gestión bancaria, la designación de Cosentino parece ser también una jugada política y de imagen para el gobierno de Melella. Incorpora un nombre que otorga credibilidad técnica y construye un puente directo con los organismos multilaterales de crédito y la inversión internacional, en un momento donde la provincia necesita diversificar sus fuentes de financiamiento ante la crisis fiscal nacional.

Si Cosentino logra traducir su expertise global en soluciones concretas, accesibles y transformadoras para la economía real de Tierra del Fuego, el BTF podría convertirse en un caso de estudio de banca de desarrollo subnacional. Si no, quedará como un gesto simbólico de alta capacidad técnica desconectada de las necesidades del territorio. El desafío está planteado.

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